A propósito de la llegada a Barcelona de mi gran amigo- y quizá próximo colaborador de LinternaSorda- Cayetano, decido levantar este post en nombre de su ternura e irreverencia. Rezemos para que el fado y la melancolía portuguesa penetren sus huesos por un buen tiempo. Ahi va:
Cuadro
Podemos cantarle un réquiem a Herzog
matar cualquier pasión
llegar a la avenida champú
sabores y olores de sol
por brasil o la que lleva su nombre
y vendernos a la masa
a charito
y también
a El Silencio.
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