jueves, 30 de octubre de 2008

I need emoliente


En momentos como éste me gustaría transformarme en The great Gatsby (ojo, solo por su dinero) para coger un avión en busca del sol o para bañarme en la piscina de su enorme mansión. Pero no, la realidad dicta otra cosa. Con los huesos petrificados, hoy pensaba como en situaciones contrarias tiendo olvidar sensaciones tan primarias como la del frío. Me explico. Cuando el verano transcurría y por equis motivos trataba de recordar el invierno barcelonés, la sensación (basada en una mezcla de fantasía con experiencia) que tenía sobre eso, era considerablemente más baja de la que estoy sintiendo en este momento. En otras palabras; durante todo el verano creí firmemente que en Barcelona no hacía tanto frío como el que hace ahora!. E ahí mis dudas. Pero, realmente está haciendo más frío que el año pasado? o más bien, esto está relacionado con lo que trato de explicar; sobre que tiendo a olvidar sensaciones (en este caso básicas) que en etapas específicas son ajenas a mi experiencia. 
Y, ya no lo sé.

¨Era la hora de profunda mutación humana¨

The great Gatsby



jueves, 23 de octubre de 2008

A mí


Hoy cumplí un año en Barcelona y no sé si estoy contento por eso o porque amanecí así sin saberlo. Fuí a la escuela, leí y escribí en el metro, monté bicicleta, fuí a la biblioteca a mirar viejos leer periódicos, caminé con Pedro, almorzé pasta con el compa, lavé platos, escuché Tracy Chapman: me acordé de mi papá y tomé tecito con Kate. Y ahora acabé este post y sigo contento por haberme regalado en este día la libertad de escribir la entrada más floja desde que abrí linternasorda. Pero es mi día pues, un regalito me tenía que hacer...


PD: Mi memoria es de cristal: seguramente hice más cosas en el día.

PD1: Ahí arriba puse que escribí en el metro, aquí abajo pego lo escrito.

Tienda

setecientos
cincuenta
alfileres
de
números
sietes
cincos
y
ceros.

El chino pasada las seis ya no vende alfileres. Un día me dijo al oído: ¨es que me trae mala suerte¨

martes, 7 de octubre de 2008

Poemita


Salado

Hoy el agüita salada
no es de la mar
es de tanto querer
de tanto llorar.

Luis Hernández.

A,

Debí responderte antes pero no sabía como. Los momentos me esquivaban y cuando creía que las palabras nacían, en su intento morían. Ahora igual no tengo mucho que decir, creo que lo has expresado muy bien: ¨Un poema claro e intenso donde el placer (de querer) y el dolor es simultáneo¨.
Y a tu pregunta: me pasa constantemente y lo sabes. El hecho de asumir la vida de una manera tan intensa me condena de alguna forma a vivirla simultáneamente con los dos pies en cada lado de la orilla.
Watanabe (Murakami) en ¨Tokyo Blues¨ reflexionaba en otros niveles acerca de esto. Te dejo aquí un frase de él que nunca voy olvidar: ¨La muerte no existe en contraposición a la vida sino como parte de ella¨. 
Cierto no?

Con cariño, 
yo.


viernes, 3 de octubre de 2008

Africa

A Africa la conocí la primera vez que visité el zoológico de BarcosBlancos, cuando ella se encargaba de cambiarle los pañales a los zancudos. Ahora, desde otro lugar (nadie sabe cual), me manda su carta, pidiéndome por favor no publique la única foto que guardo de ella.

Sexto,

Tus palabras siempre dibujaron mi camino, mi sombra. Pero los recuerdos cada vez se hacen más etereos, como lo que somos: unos fantasmas en el pasadizo gris donde habitan las abuelas. Y ya no es mi figura tu presencia, son los momentos, es tu memoria frágil como la mía. Ahora ya es tarde, no es más uno el camino, perdió su forma, adquirió otra. Está el tuyo y el mío pero como un abrazo partido, como la última mirada que nos dimos. Y aunque haga el esfuerzo, ya no hallo el primer contacto de tus pupilas. De esas que fuí rehén gran parte de mi vida.

Con cariño eterno,
Africa.


miércoles, 1 de octubre de 2008

Sexto Sin Cuello



Mi amigo Sexto sin Cuello, último de la generación Sin Cuello de BarcosBlancos me pide que por favor cuelgue una cartita que le ha escrito a su amada Africa porque sabe que ella lee este blog. Yo en este caso cumplo de mediador, no quiero ser juez ni parte.
Próximamente hablaré un poco de Sexto y de los tan peculiares habitantes de BarcosBlancos.

Africa,

En nombre de tus ojos se va corrompiendo mi voluntad que creía férrea. Y mientras mi memoria se va derritiendo, mis sentidos se van volviendo uno. Así, comenzé a mirarme al espejo para penetrarme y no pude, fué tu presencia. Y ahora los cierro y los vuelvo abrir pero apareces distinta: llevas el vestido que te regalé cuando cumpliste siete, cuando aún eras imágen viva, cuando aún tenías dos ojos.

Sexto.