lunes, 8 de diciembre de 2008

De nuevo a los orígenes


Esta vez el descuido que aqueja mi amada linterna no se sustenta en excusas de falta de creatividad. Ando de aquí para allá, en proyectos y en no-proyectos que me alejan lamentablemente de ese cuidado y cariño que ahora no le puedo ofrecer. Pero tampoco fué fácil convencerla, es más, tuve que regalarle un chocolate y contarle un cuento para que por fin cediera. A eso, se suma el hecho que después de un año y unos meses vuelvo a la ciudad que me vió nacer. Osea Lima y lo que ella implica: amigos, familia, espacios, perdición, olores y espero más. Pues a eso, nos vemos.





1 comentario:

Anónimo dijo...

espero por fin ver tu rostro

gjm