miércoles, 10 de septiembre de 2008

Muta


Desde hace algunas semanas fantaseo con la idea de la transformación del ser humano como un hecho totalizador. En castellano me pregunto: Si tuviera el poder de convertirme en cualquier otra cosa, en qué lo haría?
Las miles de ideas y que alguna vez fueron posibles respuestas prefiero dejarlas en el aire (confieso, algunas me averguenzan). Por eso en este caso obviaré las divagaciones para ir directo a lo concreto: Piñera hoy por la mañana me convenció. Sí, si tendría el poder, creo que me convertiría en una isla. Y tú?

Isla


Aunque estoy a punto de renacer,

no lo proclamaré a los cuatro vientos
ni me sentiré un elegido:
sólo me tocó en suerte,
y lo acepto porque no está en mi mano
negarme,
y sería por otra parte una descortesía

que un hombre distinguido jamás haría.
Se me ha anunciado que mañana,

a las siete y seis minutos de la tarde,

me convertiré en una isla,

isla como suelen ser las islas.
Mis piernas se irán haciendo tierra y mar,

y poco a poco, igual que un andante chopiniano,
empezarán a salirme árboles en los brazos,

rosas en los ojos y arena en el pecho.
En la boca las palabras morirán
para que el viento a su deseo pueda ulular.
Después, tendido como suelen hacer las islas,

miraré fijamente al horizonte,
veré salir el sol. la luna,

y lejos ya de la inquietud,
diré muy bajito:
¿así que era verdad?

Virgilio Piñera.


PD1: Como una de las paradas del viaje fué justamente una isla, la Cíes, pensé acompañar este post con una foto de ella. Pero al revisarlas hoy, llegué a la conclusion que ese día Aníbal (http://cristobo.livejournal.com) -mi compañero de viaje y experto en el arte de leer mapas- cogío la cámara de fotos.

PD2: que PD1 se lea con sentido del humor.

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