lunes, 30 de marzo de 2009

En memoria


Debí hacer esto hace algunas semanas cuando Cayetano me mandó un correo habitado de un lindo poema de Blanca Varela. ¨Casa de cuervos¨ fué según él, el texto que hizo conocerla y quererla en profundidad.
Ahora y tarde, le respondo también, con uno de ella que cada vez que lo leo, me sigue crispando la piel por su enorme fuerza y sencillez. Ahi va...

Escena final

He dejado la puerta entreabierta
soy un animal que no se resigna a morir

La eternidad es la oscura bisagra que cede
un pequeño ruido en la noche de la carne

Soy la isla que avanza sostenida por la muerte
o una ciudad ferozmente cercada por la vida

O tal vez no soy nada
sólo el insomnio y la brillante indiferencia de los astros

Desierto destino
inexorable el sol de los vivos se levanta
reconozco esa puerta
no hay otra

Hielo primaveral
y una espina de sangre
en el ojo de la rosa.

Blanca Varela (1926-2009)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Así se llama tu mamá ;)

Elsie Ralston dijo...

Siento que pasaron siglos desde mi última visita.

¿Cómo estás?

Amé ese poema. La amé.

Bisous.

E