viernes, 3 de octubre de 2008

Africa

A Africa la conocí la primera vez que visité el zoológico de BarcosBlancos, cuando ella se encargaba de cambiarle los pañales a los zancudos. Ahora, desde otro lugar (nadie sabe cual), me manda su carta, pidiéndome por favor no publique la única foto que guardo de ella.

Sexto,

Tus palabras siempre dibujaron mi camino, mi sombra. Pero los recuerdos cada vez se hacen más etereos, como lo que somos: unos fantasmas en el pasadizo gris donde habitan las abuelas. Y ya no es mi figura tu presencia, son los momentos, es tu memoria frágil como la mía. Ahora ya es tarde, no es más uno el camino, perdió su forma, adquirió otra. Está el tuyo y el mío pero como un abrazo partido, como la última mirada que nos dimos. Y aunque haga el esfuerzo, ya no hallo el primer contacto de tus pupilas. De esas que fuí rehén gran parte de mi vida.

Con cariño eterno,
Africa.


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